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Janelys

Hace una semana falleció Janelys, una prima adorada. Escribo estas líneas con los ojos aguados pensando en la última vez que la vi en persona en Venezuela, en diciembre de 2012. El cáncer de ovarios se la llevó tras un periodo difícil y muy doloroso. Todo esto lo vivió ella en su carne, yo lo viví con ella a la distancia. El dolor que yo haya podido sentir por su estado es apenas una pizca del suyo. No hay comparación. Sin embargo, es muy profundo. Duele que ya no esté, duele saber que no escucharé su voz por Whatsapp, duele que no tuve la oportunidad de tocar la urna en la que fue enterrada. Me dicen que me reconforte saber que luché por ella desde aquí haciendo lo que podía, buscando donaciones para el tratamiento, estando pendiente de ella. Me lo dicen. Yo lo escucho, de verdad que sí. Pero el cáncer se la llevó, nos la arrebató. Entonces un sentimiento de impotencia se mezcla con la tristeza porque aunque hice todo lo que pude, ella ya no está.



En el proceso de su partida también ha habido un proceso de llegada. Estoy (re)conociendo a mis primas, mis ahijadas, sus hijas gemelas. Desde que ellas nacieron la relación de madrinazgo, una vez más, se fundamentó a la distancia a través de mi comunicación con Janelys. Las conversaciones profundas siempre fueron a través de ella; la educación, las costumbres, las personalidades, los planes a futuro. En un lapso de 48 horas eso cambió. Ahora mis princesas, mis niñas se volvieron adultas y hablo con ellas sobre temas que sólo hablaba con su madre. Cuentas por pagar, trabajos a solicitar, semestres por terminar, mascotas que mimar, parejas que amar; todo eso mientras ellas pasan por el duelo y mientras yo, tan lejos, les brindo consuelo. Me di cuenta que ahora tengo el título de madrina en el carnet que llevo en el corazón; parece que se encendió con alto voltaje en el momento en que Janelys partió. Un bombillito me dijo al oído que la madre no estaba y que la madrina tenía que ayudar, nunca suplir, a sobrellevar su ausencia.


Con estas líneas no pretendo más que realzar la bella persona que fue Janelys, lo especial de su ser. Recordarla, por mis gemelas queridas, por mi tía, por mi tío, por toda la familia. Se fue Janelys pero me dejó el regalo de ser madrina. Eso siempre se lo voy a agradecer.


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