La salvadora de los pueblos, así le digo a mi mamá.
Ya a unas 3 semanas y media de que nazca mi tercera beba acabamos de recibir la visita de mi mamá. Ella estará con nosotros una temporada acompañándonos y ayudándonos con las tres florecitas que componen nuestro jardín privado.
Mi mamá vino para el primer nacimiento, para el segundo y no podía perderse el tercero.
Gracias a Dios tengo a mi mamá que puede venir pues no hay nadie, ni una prima, ni una gran amiga, ni una tía, ni nadie más en el mundo que pueda ayudar a una recién parida como lo hace su propia madre. Claro, no tengo hermanas entonces no tengo esa experiencia, debo aclarar.
La madre de uno es irremplazable en estos casos y particularmente la mía, con sus cuidados, su calidez y su disposición. Es para nosotros una gran compañía y un gran bálsamo. Así que aquí estamos todos disfrutando de tu presencia y llenándonos de su cariño.