En mi casa teníamos dos tablas de picar, una más grande, otra más pequeña, de esas de madera, comunes y corrientes. Hace unos meses la grande se partió por el medio, ya estaba bastante vieja. Nos quedamos con la chiquita y Carlos decidió comprar otra. Se apareció con cuatro, de esas de plástico, de las que son aguaditas pero que realmente son tablas de picar y no mantelitos individuales. Eran de colores muy bonitos: turquesa, verde manzana, rojo y naranja. Pues a medida que pasaron los meses se fueron desapareciendo... y las bebas no las agarraron porque las guardo en una gaveta que es muy difícil de abrir... Ya solo tenemos la roja. Y seguíamos usando la chiquita de madera también. ¿Qué creen? ¡Desde hace dos semanas se desapareció la de madera! Aaaaaayyyyy, ¿será un duendecillo juguetón?
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Cuentos
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Naida Saavedra
Escritora
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