Ya mi dos bebas comparten mucho, juegan, se comunican, interactúan, también pelean... y se quieren.
Es tan increíble ver que son compañeritas y que a pesar de que a veces se molestan entre ellas, si una no está con la otra haciendo algo divertido expresan su nostalgia.
A las dos les encanta la playa y hace unos días caminaron en la arena agarradas de la mano.
Es una ternura. Una bendición.